Cristofer: — Siempre haré que te sientas la mujer más afortunada del mundo y ahora soy el hombre más feliz. Estoy enamorado de usted mi vida, saber que ahora eres mi señora Galavich me hace estar en las nubes, con los niños y nuestras próximos bebés me hacen demasiado afortunado —
Andrea: — ¡Humm!, eres tan romántica y cariñoso, créeme que estoy demasiado segura de estar a tu lado —
Cristofer: — Me alegra demasiado escuchar esas palabras mi vida —
Con muchos besos y abrazos nos fuimos a bañar del cual Cristofer no me descuido ni un solo momento.
Sus besos, sus manos pasando por mi cuerpo y su manera de ser hizo que hace mucho entrará en mi corazón, ser suya y la familia que tengo ahora es algo que jamás cambiaría en mi vida.
Al día siguiente solo sentimos como los mellizos se pusieron felices al vernos bajar las gradas y mostraban sus hermosa sonrisa.
Cristofer: — Me preguntó que tiene tan feliz a mis mellizos —
Vianca: — Tío juego —
Cristofer: — Juego Vianca, ¿Qué desea jugar mi princ