Fue una locura... La forma en que el corazón de Isabella latía con fuerza.
Acababa de ducharse y todo lo que pensaba era en la última vez que Gabriel estuvo dentro de ella. En realidad, todavía podía sentir que él se abría paso hacia ella y eso la asustaba.
Para empeorar las cosas, la mente de Isabella no pudo evitar reproducir el consejo del tío Ben sobre dejar a Gabriel y las palabras de Charles sobre el mismo asunto.
Que podría no estar a salvo a pesar de alejarse de Gabriel la asustó más.
Suspiró profundamente.
Algo en el fondo de su mente le decía que mantuviera la calma. Estaba haciendo un buen trabajo asustándose y eso no era algo bueno. A ese ritmo, podría comenzar a alucinar y darse problemas cardíacos innecesarios.
Entonces, Isabella respiró hondo de nuevo y después de soltarlo, tomó su bata y salió de la ducha hacia su oficina. Tarareando una melodía, se dirigió detrás de su escritorio, donde una gran parte de su guardarropa yacía esparcida.
Pero apenas estaba a mitad de ca