La tormenta se cierne sobre mí, pero la siento dentro. Donde un ciclón y un tornado luchan por acabar conmigo.
Isabella
Abro los ojos queriendo estar en mi cama, queriendo pensar que lo que sucedió solo fue un mal sueño. Sin embargo, la voz de Rebecca me devuelve a la realidad. Maldigo mentalmente y me encomiendo a cualquier ser supremo que tenga el poder de sacarme de esta situación.
—¿Te sientes mejor? —Su voz es suave, pero su mirada sigue llena de preocupación.
Suspiro.
—No sé cómo sentirme en realidad —confieso y ella asiente.
—No te preocupes, llámame luego de que hables con Alexander. —Lo mira a él y luego a mí—. No haré nada hasta que tú no me digas que estás de acuerdo con el plan del imbécil de tu jefe —añade y se pone de pie.
—¿Qué plan? —Me incorporo para quedarme sentada.
—Él te lo explicará, nos vemos más tarde. —Me sonríe antes de darse la vuelta y caminar hacia la salida.
Se murmuran algo que no consigo escuchar cuando ella pasa a su lado, para luego desaparecer, deján