Frenesí, es lo que eres, lo que deseo y lo único que puede darme vida.
Alexander
Tengo que controlarme, debo ser más fuerte que esto que siento. Salgo de la habitación y camino hasta la planta principal. Rogert baja la mirada al verme y me extiende el sobre.
—Señor, su madre llamó. Quiere saber a qué hora volverá al departamento. —Pongo los ojos en blanco.
Odio tener que darle explicaciones a alguien, pero es claro que mi madre todavía no entiende que soy un hombre adulto y que tengo mi propia vida.
—Solo dile que no regresaré esta noche. ¿La seguridad?
—Todo está en orden, señor.
—Bien, necesito que traigas la cena. —Asiente y sonríe autosuficiente.
—Ya tengo la suya, señor. —Señala una charola detrás de él—. Solo que no sé qué tan de su agrado pueda ser lo que encontré. —Me acerco y levanto la tapa.
—Es perfecto, gracias Rogert. Puedes retirarte. —Da la vuelta y se interna en la pequeña oficina desde dónde monitorea las cámaras de vigilancia.
Voy a la cocina y consigo un par de cop