Tu perfume se impregna en mi piel. Tus caricias dejan una maca de fuego sobre mi cuerpo. Tu voz es el compás que colma a mis oídos. IsabellaTodavía me siento un poco nerviosa por lo del accidente, supongo que es normal, pero gracias a Cassandra y a Beatriz me he recuperado más rápido de lo que pensaba, aunque en realidad solo fue un golpe en la cabeza y algo de agua en mis pulmones, por suerte no tuvieron que revivirme en ningún momento.Alexander insiste en que no tengo por qué preocuparme de nada, que el motor de la moto falló y por eso explotó, y aunque no manejo ningún tipo de conocimiento en cuanto al tema, estoy segura de que un motor no debería de explotar de esa forma. En fin, estuve dos días en el hospital y luego del alta médica, aquí, en el penthouse de mi jefe. Al principio fue algo incómodo, pero con los días todo fue mejorando.Beatriz es una mujer encantadora, adora a sus hijos y me trata como si yo también fuese su hija, de algún modo me ha hecho sentir especial y ac
Desciendo lenta y lujuriosamente al infierno y tú eres mi guía entre estas sendas oscuras.IsabellaMe quedo pensando en las palabras de Rebecca mientras trato de concentrarme en el análisis. Quiero creer que ella se equivoca, que lo que Alexander me ha demostrado todos estos días es real, que si podemos ser una pareja de verdad y no solo este teatro que él se inventó para alejar a su ex.¡Maldición! Esto está mal, Rebecca tiene razón, si Alexander decidió utilizarme de esta manera no es porque sienta algo por mí, sino porque esa mujer sigue significando mucho en su vida. Lo que empezó solo como una pequeña mentira ahora es una bola de nieve demasiado inmensa que cae detrás de mí y si me alcanza, no saldré con vida de ella.—Isabella, estaré en el Oui Monsieur. Envíame al celular solo las llamadas que sean importantes y cuando regrese, necesito ese informe. —Cierra la puerta y desaparece, sin un beso de despedida, sin el tan acostumbrado cariño, sin fingir que de verdad somos una pare
Mis pasos se detienen justo donde tu nombre empieza. Sé que voy a lastimarme al pisar el vidrio, pero no puedo evitar este deseo de continuar.IsabellaSuspiro rendida y decido volver a mi oficina. Paso al baño privado de Alexander y trato de limpiarme el jugo de moras de la cabeza, pero es imposible. Espero que Rebecca no se vaya en contra de Camila, podría decirse que es la única amiga que tengo en este lugar a pesar de que no soy muy dada a compartir con ella.Tal vez deba invitarla a tomar algo luego de salir del trabajo, yo también necesito relajarme y olvidarme un poco de todo lo que implica tener una relación con el hombre más intenso de este universo. Termino con el cabello completamente empapado y con restos de fruta en él; definitivamente esto no funciona.Resoplo antes de recogérmelo en un moño alto que disimula el desastre. Y pensar que por mí es que Alison continúa trabajando en esta empresa, tuve que haber dejado que Alexander la corriera. Pero claro, soy una estúpida y
Me siento perdido, obsesionado, trastornado por tu piel, tu boca, tus ojos, tus manos. Me siento perdido y atrapado en el océano de tu mirada; y no tengo miedo de naufragar en tus costas.AlexanderObservo en silencio a la mujer delante de mí y no dejo de preguntarme: ¿por qué accedí a esta cita? Es obvio que lo único que tiene para destilar es veneno en contra de Isabella y la verdad me da igual lo que diga sobre ella, conozco a mi asistente lo suficiente como para darme cuenta de que esta mujer solo la envidia.—¿Entonces su propuesta es que deje a Isabella y me revuelque con usted? ¿Una verdadera mujer? —Arruga los labios odiando mis palabras, pero termina sonriendo y asintiendo.—Yo puedo darte mucho más placer, verdadero placer. Uno que, una chiquilla desabrida como mi hijastra, no puede darte —afirma con tanta seguridad que confirma mis sospechas: es una prostituta jugando a ser una dama de sociedad.—Entiendo, pero la verdad es que jamás me han gustado las putas demasiado usada
Sí, perdido. Perdido, y tu voz me conduce por este laberinto en el que tú no estas.AlexanderMe muevo rápido y atajo a Isabella antes de que caiga de nariz sobre el piso, le hago una coleta con las manos en lo que ella termina de expulsar todo el contenido de su estómago, ignorando el hedor nauseabundo del vómito. Tengo los zapatos y parte del pantalón llenos del asqueroso líquido viscoso, al igual que las puntas de su pelo, ella está salpicada y apesta a licor barato.En este punto no sé si devolverla o ayudarla a asearse, mi estómago se revuelve con hedor; sin embargo, me hago cargo. Cuando termina, la cargo en brazos y camino con ella hacia las escaleras para ir a la habitación.—Señora Davis —llamo.—Señor. —Se asoma desde la cocina y se queda en silencio al ver el estado de Isabella.Suspiro.—Isabella dejó un desastre en el vestíbulo, ¿puede hacerse cargo? —Asiente.—¿Necesita que le ayude en algo más? —Niego y sigo mi camino subiendo las escaleras.Al llegar a la habitación, l
¿Qué haces conmigo? Me he convertido en un títere que solo ansia tus manos.AlexanderEstoy furioso porque se puso en peligro al conducir en ese estado y sobre todo esa cosa que aparenta ser un auto. Casi caigo de culo cuando Rogert me informó, pero al mismo tiempo no puedo evitar reír, al escucharla divagar dormida, habla incoherencias, aunque algunas son realmente interesantes y me dan ganas de quitarle lo ebria a fuerza de gemidos.Pero me temo que, por mucho que haga el intento, no podré despertarla, se encuentra completamente muerta. Me acomodo a su lado y me concentro en su respiración, en esa sonrisa velada que se forma en sus labios y en el sonido de sus murmullos.—Te amo, Alexander. —Abro los ojos de golpe, sintiendo que el mundo se cierne sobre mí y todo se vuelve negro a mi alrededor.Eso no puede ser, ella no puede amarme, no debe hacerlo. Esto no puede continuar así, no va a funcionar. Ella tenía razón, no tuve que haber insistido en acostarme con ella, ahora está confun
El camino por el que tú me llevas conduce al infierno disfrazado de gloria.Isabella¡Respira Isabella, respira por favor!Las palabras de Alexander me caen encima como un balde de agua fría. Los recuerdos de anoche son confusos, jamás había tomado cómo lo hice anoche, es que ni siquiera recuerdo en qué momento empezó todo. Las luces, el alcohol, la música, el baile, todo es una mezcla difusa en mi mente, un caleidoscopio incompresible que me mantiene en silencio escuchando el tono duro de mi jefe.La idea era solo ir por un trago, no terminar bebiéndome hasta el agua de los floreros. Es que ni siquiera puedo recordar cómo es que conduje el auto de Camila sin que la policía me detuviese, no soy una experta detrás del volante y en el estado en el que me encontraba. Es lógico que Alexander quiera ponerme sobre su rodilla y darme de nalgadas.Me puse en riesgo.—Lo siento, no fue mi intención que te preocuparas —musito intentando que la tensión se aligere.Sin embargo, el rostro de mi je
Juegas conmigo, con mi cuerpo y te complaces en mis reacciones. Amo que ames hacerme correr entre tus manos.IsabellaDespierto completamente sola en la cama, mi estómago gruñe con fuerza, no recuerdo cuando fue la última vez que comí algo. Enciendo la luz de la lámpara de la mesita de noche y me quedo congelada por un segundo al darme cuenta de que no estoy en la habitación de Alexander.Cierro los ojos e intento recordar. Las últimas imágenes que me vienen a la mente; son de Alexander y mías dentro de este cuarto. Él me sometió sexualmente y yo disfruté tanto que lo hiciera, fue perverso, controlador y excitante. Mi cuerpo se calienta de solo pensar en todo lo que me hizo sentir; sin embargo, mi estómago gruñe exigente.Salgo de la cama pensando en que voy a ponerme, no obstante, sobre el sofá descansa un lindo vestido turquesa con sandalias a juego, pero sin ropa interior. Me visto y salgo del cuarto para ir a la cocina, necesito comer algo antes de que me desmaye.—Buenas noches,