Érika Camel.
«¿Me volví tonta en algún momento de esta semana?»
«¿Comi algo radiactivo que cambió mi forma de pensar sensata y coherente?»
El estómago me dio un vuelco. No puedo evitar sonreírle, es algo que me supera. Aunque me resista al mar de emociones que me inundan, su rostro lo tengo grabado, y cada expresión me hace hervir la piel. Camino despacio sabiéndome sensual y admirada. «¿Estoy nerviosa?» Si, definitivamente lo estoy con seguridad.
Hay electricidad en el ambiente, la puedo sentir. Mi piel completa se eriza y apenas me estoy acercando. Es como si un campo magnético se hubiera formado entre nosotros. «Cómo los polos opuestos que somos, no podemos evitar atraernos de esta manera tan brut