—¿Dónde vamos?—le pregunte mientras caminábamos sin rumbo alguno.
—Al salón de Fantaso, nos iremos a un pequeño viaje y tenemos que pedirle a dos personas que nos van a acompañar y a la vez a entrenar.
—Comprendo—le dije sin saber de quienes se trataba.
Oficina de Fantaso
Entramos a la oficina y sin dudarlo Ángela se acerca a su escritorio y se sentó.
—Fantaso, necesitamos tu permiso para salir del castillo y que liberes a dos personas de su cargo para que nos acompañen—le dijo mirándolo fijamente a los ojos.
Fantaso cerro un cuaderno que estaba leyendo y me miro con cara de incrédulo y me pregunto —¿Estás seguro?—Pensando que era un juego o una broma de la pequeña.
—Está más que seguro, debemos encontrar unas cosas que serán cruciales al momento de atacar a