34 Detente.
Victoria solo una vez se había sentido tan indefensa y expuesta, fue la primera vez que Alessandro la tomo, la única vez que había atado sus manos, por lo que comenzó a sentirse nerviosa y el mafioso se dio cuenta.
— Tranquila gatita, este castigo te gustara y si no llega a ser el caso solo dime que me detenga y lo hare. — mientras le hablaba al oído Alessandro llevo su mano a uno de los pechos sensibles de Victoria y apretó su pezón, provocando que un gemido saliera de los labios de la joven.
— Solo disfruta… si puedes. — y es que el italiano realmente la castigaría, la llevaría a suplicar por un orgasmo.
Victoria paso de sentir el cuerpo caliente del hombre, a quedar sola nuevamente en la cama, la alfombra que cubría el piso de la habitación tampoco ayudaba para saber qué era lo que el hombre estaba haciendo.
— Ale. — lo llamo mientras su rostro se movía de un lado a otro, tratando de agudizar su oído, pero no obtuvo respuesta.
Al cabo de unos minutos sintió como Alessandro tom