PRISIONERO DE TUS LATIDOS. Capítulo 3.
__ Son muy ignorantes si creen que esta vez voy a correr. - dijo el coronel lanzando el expediente a la mesa, sobresaltando a Rosella. - Debes irte. Tengo asuntos que arreglar con esos perros.
__ ¿De quien hablas? - se asomó para ver el antiguo nombre de su hermano en la primera hoja del segundo grupo. - ¿Quién te envió esto? ¿Hablaste con el general?
__ No pienso meter a nadie en esto. Ni siquiera a tí, así que arregla una maleta porque te llevaré al aeropuerto, conseguiré un pase de abordar a cualquier país disponible. - sacó la tarjeta que deslizó cerca del lector en la ventana falsa que había cerca de la puerta de la cocina.
Los fajos de billetes aparecieron y uno de los pasaportes de su hermana también.
__ Vienen por mí y no te quiero cerca cuando pase. - le entregó dos fajos y su documento para viajar.
__ Estás loco. No voy a dejarte. Tienes que decirles a…
__ El general está ocupado con el restablecimiento de nuestros privilegios y los demás no tienen porqué lidi