Axara entró en la oficina que compartía con Cael, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Trató de calmarse mientras lo veía concentrado en una pila de documentos, sus cejas ligeramente fruncidas. Respiró hondo y, tratando de no sonar desesperada, se acercó lentamente hacia él.
—¿Qué pasa, amor? —preguntó Cael alzando la vista de los papeles, su tono sereno, aunque algo distraído.
Axara tragó saliva, sus manos temblaban un poco mientras las cruzaba frente a su abdomen.
—Ya lo descubrí, Cael. —Habló rápidamente, su voz apenas contenía la mezcla de enojo y angustia que sentía—. Derek le ha estado pasando información nuestra a Laura. Estoy segura de eso, incluso tengo pruebas. Acabo de ver las cámaras de seguridad de la empresa... ¡ella lo ha estado visitando!
Cael dejó los papeles a un lado de inmediato. Se levantó de su silla con una rapidez que reflejaba tanto sorpresa como incredulidad. Su expresión cambió a una mezcla de ira y escepticismo.
—No puede ser —dijo en un tono que ray