Los nervios que estaba sintiendo desaparecieron, en el momento que Theo me quitó la blusa, mis pezones ya estaban duros, no era difícil con él.
Me tumbó en le sofá y retiró el resto de mi ropa, miró mi vagina y sonrió, mordió su labio y se agobió, me levanto las piernas en sus hombros y empecé a gemir mientras acariciaba mis pechos y lo miraba usar su lengua.
—¡Caray! Lo siento —se disculpo Gianni, quien había cerrado alarmada la puerta, Por supuesto que lo estaba, nos había visto y no en cualquier situación, por suerte Theo solo se había quitado la camisa, yo estaba completamente desnuda, recostado en el sofá abierta de piernas y con estas en los hombros de Theo mientras su rostro estaba entre mi entrepierna.
—Theo no te rías, es vergonzoso —reproché al verlo burlarse de la situación.
Rápidamente, me vestí y con vergüenza salí a donde me esperaba Gianni, me disculpé.
—No te preocupes —dijo con tranquilidad—, no hubiera entrado así, si hubieras avisado que había regresado, solo qu