Los hermanos Kaffati no entienden por qué su padre haría eso, él siempre le ha demostrado mucho amor y respeto a Camila y eso, de actuar mal, ha sido tan de repente. Incluso durante todo este tiempo ha estado preocupado por ellos y hasta se ofreció a venir para ayudarles en su búsqueda.

Volaron hasta su país, no se fueron a la mansión esa misma noche porque ya es tarde y no quisieron alertar a su padre. Optaron por quedarse en un hotel, allí los hermanos se separaron y cada uno fue a una habitación distinta y quedaron de juntarse mañana en la entrada.

— Perdone, señor, no quise decir nada frente al chico de la recepción porque me dio pena, pero, ¿por qué solo ha pagado dos habitaciones? —Ella se siente nerviosa y o quiere articular lo que es obvio.

— ¿No es lo correcto que mi mujer se queda conmigo?

— ¡Qué!

— Amor, no te angusties, sé que no me recuerdas, pero no por eso te voy a dejar que duermas sola después de lo mucho que he anhelado tenerte a mi lado, no es justo lo que me quiere