Era viernes por la tarde y Lorena terminaba de hacer algunos trabajos acompañada de Cristian y Camilo.
—Aun no entiendo para qué me va a servir ese tema de la época victoriana para administrar una empresa —soltó Cristian y después dejó salir un suspiro.
—No es malo saber un poco de historia —explicó Lorena mientras grapaba unas hojas.
—Lorena tiene razón —opinó Camilo.
Cristian hizo un gesto de desagrado y después soltó un bostezo.
—Esto me dio hambre —masculló Cristian, aunque sus dos amigos lo escucharon—. Ya que hoy es viernes y mañana no debemos ir a clases —desplegó una sonrisa mientras veía a Lorena—, ¿qué te parece si vamos a mi casa y hacemos lo que acordamos la ves pasada?
—¿Cuál vez pasada? —indagó Lorena alzando la m