Cristian llevaba una hora esperando a Lorena sentado en una silla de sol en su piscina, una gota de sudor corrió por su frente, dejó salir un bostezo y rodó la mirada a su derecha donde encontró a Miguel con un rostro burlón.
—¿Qué te pasa? —preguntó amargamente.
—¿En serio crees que va a venir? —inquirió Miguel.
—Claro que lo hará, ya verás —soltó Cristian y se acomodó en su silla.
Mientras, en la casa de Laura:
—Eso, mírame ahora, alza un poco la barbilla, no sonrías tanto —decía Lorena mientras intentaba tomarle una foto a Laura con su celular.
Marc solo se limitaba a comer una ensalada de frutas sentado en la cama observando a sus amigas.
—Pon más estilo, niña —dijo Marc—. Saca esa diva que tienes dentro.
Dos h