Capítulo 36

Tomé el bus y fui a esta nueva universidad, cuando entré me quedé muy sorprendido, era lujoso, pero no tanto como el de mi ilusión de Fonseré, pero había algo que era lo mismo, donde caminaba todos se alejaban y me miraban con desdén, todos murmuraban entre ellos mientras se tapaban la boca para no ser escuchados por mí, Aunque eso no me importaba, fui a la cafetería a comprar el desayuno, pero estando frente a ella vi los precios en los carteles y un café costaba un día de trabajo mío.

Compré un café por dolor y me dirigí a una de las mesas que estaban vacías, pero un silencio mortal se apoderó de todo el comedor cuando entró un grupo de estudiantes, todos mirándolos con admiración mientras caminaban.

-Son el grupo de élite.

-Son guapos y hermosos.

-Su belleza esta más allá de nosotros.

"Esa chica es una diosa, quiero ser como ella.

Todos murmuraban, así que me di la vuelta para ver quiénes eran estas personas populares de las que estaban hablando, pero me sorprendió ver a Mayelin en medio de esos chicos, eran el grupo de modelos que Mayelin me presentó una vez, Cristian era el más cercano a ella, así que me puse de pie para acercarme a Mayelin.

-Hola Mayelin, grité fuerte llamando la atención de todos, pero Cristian fue el primero en hablar.

— Mayelin ¿conoces a este tipo?

Mayelin negó con la cabeza cuando me vio, mirándome fijamente dijo: "Estoy segura de que es uno de mis fans, déjalo hablar para ver qué quiere".

-eso es todo, soy tu fan, número uno, soy Alessandro, dije viendo todos los ojos llenos de desdén puestos en mí, así que me acerqué a estrecharle la mano, pero antes de llegar sentí un puñetazo en el estómago que me dejó sin aliento.

- ¿Cómo te atreves pobre tonto a querer estrechar la mano de nuestra diosa, ya te viste en un espejo, hambriento? Dijo el amigo de Cristian llamado Gabriel.

Recordé mi visión del primer día en la universidad de Fonseré, había tenido una pelea, así que me levanté y lancé un puñetazo que esquivaron haciéndome caer al suelo humillado.

-eres patético, soy Gabriel el líder de la serpiente negra, puedo matarte de un solo golpe, así que mejor veté de aquí mocoso.

-déjalo Gabriel, es mío, él quería tocar a la mujer que me gusta desde que era un niño, así que tengo que enseñarle modales, dijo Cristian y tomó una caja de leche y me la derramó mi en la cabeza mientras todos se reían, quería que la tierra me tragara cuando escuché esas risas tan fuertes, Cristian puso su pie sobre mi cabeza y lo golpeó fuerte contra el suelo haciendo que perdiera sangre, yo estaba casi inconsciente cuando escuché la voz de una niña.

-déjalo gusano, gritó esta chica en voz alta, viéndola por el rabillo del ojo vi que era Aiken.

- ¿Y quién eres mocosa?

- Te preocupas por mi cretino ¿cómo me llamo? Que te importa llorica.

-no sabes con quién estás hablando, soy Cristian, el dios de esta universidad, modelo, estudiante ejemplar, ¿Cómo te atreves a llamarme cretino?

-Me suda quién eres, si no le quitas el pie de la cabeza a ese chico voy a desfigurar esa cara de muñeca que tienes.

"Mocosa infeliz, te enseñaré modales", dijo Gabriel y lanzó varios golpes que Aiken esquivó.

"Eso es todo lo que tienes, no dijiste que eras el líder de las serpientes negras, eres un cobarde", dijo Aiken y lanzó un solo puñetazo que dejó a Gabriel inmovilizado.

Cristian también se acercó a ella, pero Aiken levantó la pierna lanzándole una fuerte patada en la cara. Otros tres muchachos se acercaron a ella, pero Aiken los derrotó con algunos movimientos, luego se acercó a Mayelin y lanzó una patada que recibí, me atravesé con mi poca fuerza y me paré frente a Mayelin para recibir la patada en su lugar, haciéndome caer inconsciente, cuando abrí los ojos ya estaba en la enfermería. Me enfrenté a Aiken.

-Eres un verdadero estúpido, ¿por qué cruzaste y recibiste la patada en lugar de esa mocosa rica, crees que por eso te va a buscar y enamorarse de ti, que te tomará como su héroe? Eres un completo imbécil.

"Tengo mis razones, así que no me juzgues y deja de regañarme mocosa engreída.

"Aparentemente hay personas que no tienen salvación, así que desaparece gusano inmundo", dijo Aiken y salió de la enfermería.

Después de descansar unas horas salí de la enfermería y fui al campus, aunque no sabía si era el destino, pero Mayelin estaba en la misma clase que yo, aunque Aiken también estaba allí, cuando entró la maestra me presenté frente a toda la clase, pero la mayoría me miraba con desdén. Logré escuchar donde dos compañeros de clase murmuraban que como una diosa como Aiken defendía una basura como yo, sentí pena, así que caminé hacia mi asiento.

Comencé a tomar notas cuando vi caer un pedazo de papel sobre mi libro.

-Gracias por recibir esa patada por mí, volví los ojos y vi que era Mayelin quien me sonreía, así que no pude evitar sonreír sin importar la mirada fija que Cristian nos hizo a los dos.

Durante toda la clase no pude concentrarme en lo que dijo la maestra porque mis ojos se estaban cerrando por el sueño, sentí que estaba dormido cuando de repente me sacudían el hombro, abrí los ojos y vi que todos habían salido de esa gran habitación, me había quedado dormido durante toda la clase, y fue Aiken quien me dijo que ya era tarde, así que guardé todo y fui tras ella.

-Aiken gracias por defenderme, dime ¿practicas algunas artes marciales? Le pregunté mientras caminaba a su lado.

-Sí, practico King boxing, también tengo karate desde que era una niña, ¿por qué? Ella preguntó, así que sentí que era mi oportunidad de pedirle que me enseñara un poco.

"Crees que podrías enseñarme a defenderme.

"Si hay dinero de por medio, puedo pensarlo", dijo con frialdad, pero después de que insistí ella terminó aceptando, así es como me enseñó por las tardes.

Los días pasaban en esa universidad donde cada día me costaba más adaptarme, la discriminación era uno de los mayores problemas, acercarse a Mayelin era casi imposible ya que casi siempre estaba con Cristian, quien me tenía entre ceja y ceja, lo bueno es que Aiken siempre pasaba tiempo conmigo, eso fue de gran ayuda ya que todos le temían después de la pelea entre ella y Cristian. Aproveché eso para jugar al rudo.

Los recursos económicos se estaban agotando así que conseguí un trabajo a tiempo parcial repartiendo periódicos por la mañana, no pagaban mucho, pero tenía suficiente tiempo para la universidad, apenas tenía suficiente para los gastos diarios, pero no fue un problema, me conformé con eso, el problema era acercarme a la mujer más popular de la universidad siendo un simple repartidor de periódicos.

Tenía un horario algo apretado, me despertaba a las 3 de la mañana para entregar los periódicos y a las 8 de la mañana tenía que estar en la universidad, pero valió la pena ya que cada mañana podía ver a la mujer más hermosa que amaba.

Llegó el verano y todavía estaba esperando una oportunidad para acercarme a ella, no fue hasta que vi que su perro faldero Cristian y sus amigos la dejaron por un momento, así que aproveché para acercarme a Mayelin, esa mañana se veía simplemente hermosa, su rico aroma, su cabello sedoso y bien cuidado, su piel suave como la piel de un bebé, sus hermosos ojos que se destacaban por sus grandes pestañas, sin mencionar su cuerpo, dejé mi cobardía y me acerqué a ella.

- ¿Hola cómo estás? Pregunté tímidamente.

-Hola, ¿tú eres? Ella preguntó, yo sabía que en la ilusión éramos como uña y mugre, pero aquí en la vida normal nunca había hablado con ella tan naturalmente que me puse nervioso.

-Soy, soy, soy Alessandro, mucho placer.

-ah si, ahora recuerdo, tenemos algunas clases juntos cierto, tú fuiste el que recibió la patada.

"Ese soy yo, ¿dime cómo estás?"

"Estoy bien, pero discúlpame por no agradecerte por recibir esa patada por mí.

-No fue nada, ¿dime que todavía vas en bicicleta a la playa?

- ¿Cómo sabes eso? ¿Eres una especie de matón?

-No, no, no, como piensas, parece que he visto en tus redes sociales, dije nerviosamente mientras me estrechaba las manos y empezaba a sudar frío.

"Nunca he publicado eso, así que dime cómo lo sabías". Porque es algo que ni siquiera los más cercanos a mí saben.

"Está bien, te diré, tuve una visión en la que tú y yo nos casamos.

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