26. El pretendiente de mamá
Andrew no le gustaba ver sufrir a nadie y aún más cuando parecía ser simplemente una persona buena que había cometido un error, pero si ella no contaba la situación no podría ayudarla así que trató de mostrarse relajado.
— ¿Qué pasa?, mujer, no llores…
— Andrew, tengo miedo, tengo miedo de perderlo todo, nada es lo que parece.
— No va a perder nada, te lo juro, cálmate.
— No me merezco todo esto… Ustedes y Amber…
— ¿Qué tonterías dices? Eres la mujer más amable y hermosa que he conocido.
— Pero, ¿y si he hecho algo mal?, ¿Si cometí un error terrible?, cambiaré a tus ojos y los de todos.
Andrew se detuvo a un lado de la vía y tomando una de sus manos prometió, —estoy de tu parte, todos nos equivocamos y estoy seguro que luego de la tormenta llega la calma, no insistiré más, háblalo cuando te sientas cómoda, por ahora intentemos disfrutar del paseo.
— Por favor no le hables nada de esto, de como me puse a Amber, ni a nadie.
— Tranquila, esto se quedará entre tu y yo, soy tu amigo.
Por