IVAN
Camino por el salón y siento las miradas de todo sobre mi. Están los que me consideran el mejor postor, otros una presa fácil de atrapar y los más snob me ven como mierda bajo sus zapatos.
Mi mirada de cruzar con una mujer mayor junto a una jovencita que muestra interés. Asiento educadamente hasta ellos, me doy media vuelta porque no pienso dejar que una madre casamentera me enrede en su juego.
Hago mi camino a la puerta más próxima y salgo al balcón del salón, es ahí donde me permito respirar profundamente.
Le doy la bienvenida a la soledad y la oscuridad de la noche fría me da paz.
Desde que mi negocio despego y me convertí en uno de los hombres más ricos no paro de recibir invitaciones a fiesta, todos quieren conocer al hombre que diseña los navíos más lujosos, quieren saber cómo pase de trabajar en un astillero a ser dueño de uno y espero muy pronto crecer el doble.
Las risas del salón se filtran hasta mi irritándome. De un sorbo me tomo mi bebida que no es lo suficientemente