Luego de aquel apasionado beso, Hanna dio unos cuantos pasos atrás, Enzo levantó las manos colocándola a la altura de su pecho.
—Lo siento, no se que me pasó, pero te aseguro jamás volverá a suceder —Hanna levantó la mano interrumpiendolo.
—No me ha quedado una buena experiencia luego de lo que viví junto a Valentino, no quiero sufrir más de lo que ya lo he hecho, tampoco puedo olvidar que por la culpa de esa mujer que aseguraba un amor infinito con usted perdí a mi bebé, lo que sucedió solo fue un impulso, pero jamás se volverá a repetir —aseguró Hanna.
Hanna se dio vuelta y se marchó, Enzo no era un hombre acostumbrado a ir tras las mujeres, así que le dio espacio, no se lograba reconocer a sí mismo luego de lo que se había atrevido a hacer.
Unos cuantos minutos más tarde Enzo se dirigió a la sala, allí se encontraba Hanna sentada en el sofá, ella se sentía incómoda luego de haber besado al hermano de su difunto esposo y lo peor era que lo había disfrutado.
—El tiempo pasa demasia