-Vamos ¡Entra!- susurró Hera tomando con fuerza del brazo a una joven enfermera que temblaba de miedo porque su jefe de repente la había sacado de la clínica sin ninguna explicación y ahora estaba en un hotel prestigioso que jamás pensó que pisaría.
-P-Permiso- dijo adentrándose a la habitación con su maletín médico entre sus manos.
-Vamos apresúrate- exclamó empujándola hacia hacia el cuerpo inconsciente de Hermes.
La joven miró asustada al muchacho dormido. Su pecho subía y bajaba con tranquilidad, pero por la comisura de sus labios caía su saliva. Estaba completamente noqueado por una potente droga. Había visto miles de casos como eso- S-Señora…- Burbuceó temblando- N-No debería tomar las pruebas de alguien en contra de su voluntad.
La sombra de Hera se posicionó sobre la mujer- ¿Quieres que llame a tu jefe y le diga que no estas haciendo tu trabajo?- Gritó tomándola de los pelos.
-¡Ah!- chilló la mujer de dolor- ¡Suélteme!
-¿Quieres eso? ¿Tu jefe está esperando debajo no?