POV DE DAYANA.

Llegué a la oficina con gafas. Al verme, Rous se acercó y cuestionó el motivo que me llevó a usar gafas ese día.

—Tengo una infección en los ojos.

—¡Oh! Debes cuidarte, eso es muy peligroso. Deberías pedir permiso unos días, porque el computador es muy dañino.

—Intentaré cuidarme —le aseguré con una sonrisa mientras vi a la rubia salir del ascensor. La misma rubia de hace meses atrás.

Nuevamente intentó pasar; no obstante, la detuve.

—¿Tiene alguna cita?

—Siempre tengo citas con él, querida —me hizo a un lado y pasó. Me giré para detenerla antes de que entrara, pero Antón, desde el escritorio, me hizo señal de que la dejara pasar.

La garganta me empezó a burbujear, los ojos se me nublaron a tal punto que sentí la tibia lágrima rodar por mi mejilla. Caían más cuando la vi sentarse en el escritorio y a Antón deslizar sus manos por aquellos muslos desnudos, pues la mujer solo vestía una minifalda y una blusa muy descotada.

Me quedé ahí, parada como una estatua, obs