—¡Señora York!
—¡Señora York!
Las dos recepcionistas vieron entrar a Serenity y la saludaron con una sonrisa y respeto.
Serenity les devolvió la sonrisa, ya que la recepcionista siempre había sido amable con ella.
Una de las recepcionistas dejó su puesto, llevó a Serenity al ascensor y notó la lonchera térmica que llevaba Serenity.
—Zachary ha estado teniendo malestar estomacal últimamente. Le llevaré comida. ¿Vas a salir pronto del trabajo?
Serenity llegó temprano.
La recepcionista se mostró preocupada:
—¿El señor York tiene malestar estomacal? Eso hay que solucionarlo.
Pensaba que Zachary no había comido a tiempo cuando estaba en el trabajo. La mayoría de las veces, el señor Estrada le empacaba la comida y se la llevaba de regreso a la empresa. Sin embargo, según el señor Estrada, Zachary a menudo se olvidaba de comer porque estaba muy ocupado.
No era de extrañar que tuviera malestar estomacal.
—Saldremos pronto del trabajo.—añadió la recepcionista.
La recepcionista llevó a Serenity