Zachary se dirigió directamente a la suite presidencial en lo más alto del hotel.

Unos minutos después, los Lowe, guiados por sus guardaespaldas, tocaron a la puerta y entraron.

Zachary les pidió que se sentaran.

—Gracias, señor York.

La pareja expresó su agradecimiento antes de tomar asiento frente a Zachary.

Una vez instalados, no se atrevieron a hablar, sobre todo por no saber qué decir.

No tenían la más mínima idea del porqué Zachary había solicitado su presencia.

Zachary, quien no tenía intención de darles más vueltas al asunto, tomó la iniciativa y dijo sin rodeos: —Señor Lowe, te he citado principalmente para pedirte que pongas en cintura a tu hijo, Shawn, y que deje de acosar a mi esposa.

Ante esta declaración, el rostro de la pareja Lowe se descompuso.

Rachel tartamudeó: —Señor York, esto... ¿es un malentendido? Nuestro Shawn está interesado en alguien, él... aunque tuviera cien veces más valentía, no se atrevería a acosar a su esposa.

La identidad de la señora York era lo suf