Ante eso, Ricardo instintivamente intentó seguir a Gonzalo.
—¡No me sigas!
Gonzalo le detuvo con severidad.
Ricardo detuvo sus pasos.
Sólo pudieron observar cómo Gonzalo se llevaba a Chloe bajando las escaleras y saliendo por la puerta.
Pronto oyeron el ruido de un coche que se marchaba.
Gonzalo se había ido con Chloe de la Mansión Fisher.
Enrique hizo un gesto a sus hijos para que bajaran mientras él se dirigía a la puerta del estudio y, tras pensárselo un rato, llamó a la puerta.
—¡Fuera! ¡Déjame en paz!
La voz tormentosa de Sandra llegó desde el estudio.
Estaba sentada en su escritorio, llamando a Pablo y ordenándole, —Pablo, no me importa lo que tengas que hacer, ¡sólo quiero a Liberty muerta!
Sandra decidió luchar a muerte contra Liberty y estaba de muy mal humor.
En cuanto oyó que llamaban a la puerta arrancó furiosa.
No tuvo que pensarlo para saber quien estaba llamando.
Enrique retiró la mano sobresaltado, pero enseguida llamó de nuevo a la puerta.
—Sandra, soy yo.
Enrique llam