Pero no habló.
Pensó Carina sonriendo como una tonta.
Arturo no entendía como Fox podía tener una discípula así, no parecía capaz de mucho, salvo de ser guapa.
Arturo no estaba seguro de lo que eran capaces aquellos viejos, sólo había oído leyendas sobre ellos.
La abuela decía que eran muy buenos.
Sus discípulos también eran poderosos.
Arturo había conocido a Camelia, y admitió que Camelia era una doctora muy sobresaliente, porque fue ella quien curó los ojos de Isabela.
¿Y Carina, en qué era buena?
—Arturo, puedes dejarme aquí, yo tomaré un taxi para volver.
—No quiero quedarme en el Hotel Wiltspoon, es muy caro, cuesta cientos de dólares la noche. No tengo nada que hacer últimamente, no puedo ganar suficiente dinero para permitirme un hotel tan caro.
Carina miró el vídeo mientras hablaba con Arturo.
Arturo quería parar y dejarla bajar, pero no podía obedecer lo que la abuela le había dicho. Le contestó, —La abuela me ha dicho que te lleve al hotel y haga check-in. Eres nuestra invita