Después del almuerzo, los ancianos, excepto William, se dispusieron a marcharse.
Los familiares de la señora Stone los retenían con entusiasmo a los ancianos.
La señora Stone dijo, —La vieja señora York llegará enseguida. Me llamó y me pidió que les dejara a ustedes, le gustaría comer con todos ustedes.
Al oír que venía la vieja señora York, Fox y los demás se miraron, y finalmente, dijo Isidro, —William aún no se ha despertado, y si nos vamos así, cuando se despierte seguro que nos reprochará que le hayamos dejado sin avisarle.
—¿Qué tal si nos quedamos unos días más en Wiltspoon y volvemos mañana o pasado mañana?
Y añadió, —Mi nieto me está esperando todavía, ni siquiera tengo prisa, ¿por qué vosotros, viejos sin nietos, tenéis prisa por volver? Qué aburrido.
La señora Stone dijo, —Ahora que están aquí, por favor, quédense unos días más, para que yo pueda dar las gracias como es debido a ustedes por cuidar del tío Loyal. Gracias a todos ustedes he podido tener la oportunidad de reuni