El secretario asintió y comentó: —Una mujer suele llevar siempre un traje profesional, y un día, de repente, se cambia a una prenda muy bonita, sin duda para captar la atención de alguien.
—O está enamorada y se viste muy guapa por eso.
Duncan inclinó la cabeza y miró a su secretario, diciendo con una sonrisa: —Sabes mucho de mujeres.
—Señor Lewis, soy padre de dos hijos. Los hombres casados claro que entienden a las mujeres. Si tiene algún problema al intentar complacer a la señorita Liberty, venga y pregúnteme.
—Vaya sorpresa. Si hubiera tomado lecciones de ti antes, ya me habría casado con Liberty —Duncan bromeó.—No sé mucho sobre cómo complacer a una mujer, pero sí sé que cuando te enamoras de alguien, tienes que ser tolerante en todo con ella.
—Sé fiel a ella y seguro que lo siente.
—Más que enviar los regalos lujosos, seré el primero en acompañarla cuando necesite ayuda. El compañerismo puede impresionarla más que los regalos lujosos.
Liberty nunca aceptó regalos carísimos de él.