—Bueno, se está haciendo tarde, seguro que estás cansado, que descanses, es hora de irme.
Después de manifestarle sus pensamientos a Zachary, Axel se dispuso a marcharse.
Zachary le dijo: —Es tarde, quédate aquí, hay muchas habitaciones vacías.
Axel declinó cortésmente: —Mi casa no está lejos de aquí, y aunque hubiera una habitación, no tendría ropa para cambiarme, y además me costaría mucho dormir en una cama poco familiar.
Axel costó bastante acostumbrarse a un nuevo entorno de alojamiento.
Cuando cambiaba repentinamente de entorno, siempre daba vueltas en la cama y no podía conciliar el sueño con tanta facilidad.
Como Axel tenía razón, Zachary no lo retuvo más y sólo le indicó que condujera con cuidado y le avisara cuando llegara a casa.
—Adiós, hermano.
Zachary no se levantó para despedirlo.
Cuando Axel se fue, Zachary bebió medio vaso de agua y volvió a olisquear su cuerpo, que aún olía a alcohol.
Temía que Serenity se sintiera incómoda si lo olía, y que la despertara si volvía a