«Mientras entro, Seren definitivamente regresará a casa conmigo para no perturbar el descanso de la familia Sox.»

Zachary pensó eso y así lo hizo.

No sabía que los dos perros de la familia Sox lo estaban mirando desde la esquina.

Cuando Zachary llegó a la puerta, la escaló y estaba a punto de saltar, pero giró la cabeza y vio a dos perros fuertes, con la cabeza en alto, mirándolo.

Zachary estaba tan asustado que casi se cayó.

Zachary sabía que todos en el vecindario tenían perros.

Cuando pasó por delante de esas casas, los perros de los vecinos ladraban.

La familia Sox tenía dos perros y él no lo sabía.

Cuando estacionó su auto frente a la casa Sox, los perros de los vecinos dejaron de ladrar, pero los perros de la Familia Sox tampoco ladraron.

Inesperadamente, esos dos perros eran los perros callados.

Decían que cuidado con el perro callado, que podían morder sin avisar.

Si él no se hubiera dado vuelta para mirar y luego hubiera saltado, ¡los dos perros lo habrían destrozado!

—¡Guau,