Serenity se volteó y le dio un suave pellizco a Jasmine: —Voy a dormir, no doy vueltas más.
Jasmine la abrazó y le consoló: —Has estado casada por tanto tiempo, y Zachary te ama mucho. Pronto superaréis este conflicto pequeño. Solo relájate y ve a dormir. Solo cuando descanses bien, podrás tener la energía para enfrentar los altibajos de la vida.
—Jasmine, afortunadamente, estás a mi lado. Tengo a alguien con quien hablar cuando estoy de mal humor.
—Somos viejas amigas. Cuando estoy de mal humor, también puedo hablar contigo. Ahora ve a dormir y no pienses demasiado.
Serenity asintió.
Con el consuelo de su amiga, Serenity poco a poco se quedó dormida.
Cuando Zachary llegó a la casa Sox, todo estaba en silencio y todos estaban durmiendo.
Estacionó el auto frente a la casa Sox.
Trató de llamar nuevamente a Serenity.
Serenity ya estaba dormida y su celular estaba en silencio, por lo que no respondió la llamada.
Finalmente, Zachary no tuvo más remedio que llamar a Jasmine de manera descara