Capítulo 1196
Ahora él e Isabela ni siquiera empezaron, bueno, él ya empezó, pero Isabela aún no lo sabía, y era comprensible que no le mandara rosas.

—Estas flores también son bonitas. Gracias, señorita Nuñez.

Callum cogió el ramo, lo admiró un momento, luego dio las gracias a Isabela, abrazando el ramo y diciéndole.—Señorita Nuñez, entonces, me voy a trabajar.

Saliendo de la floristería, volvió a su coche, abrió la puerta del copiloto, colocó el ramo en el asiento y se volvió para mirar a Isabela antes de subir y marcharse.

Isabela escuchó en silencio el movimiento fuera la puerta. Cuando oyó el coche alejándose, dejó escapar un leve suspiro de alivio.

Siempre tuvo la sensación de que el segundo hijo de la familia York parecía haberle echado el ojo, pues, mejor dicho, era solo, interesarse por ella, tal vez porque no había visto antes a una persona ciega.

Isabela no creía que a Callum le gustara, después de todo, era ciega.

Callum regresó a la Corporación York con el ramo de flores que le había ma
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