Ambas debieron haber vuelto de las compras. Yvonne sostenía el brazo de su madre con una mano y llevaba algunas bolsas con la otra.
—Duncan, ¿vas a salir?
Preguntó Margaret al ver a su hijo.
—Mamá, señorita Yvonne.
Saludó Duncan. Luego, añadió:
—Mamá, tengo algo urgente que hacer y no tengo tiempo para atenderte y a la señorita Yvonne. ¿Qué te pareces que esperas en mi oficina o te vas a casa?
—¿Cuál es la prisa?
Preguntó Margaret preocupada.
—Solo es urgente.
No importaba lo tonto que pareciera, nunca le diría a su madre que dejé muchos negocios para ver a Sonny.
Tenía miedo de que ella malinterpretara la relación entre él y Liberty.
Mucha gente había malinterpretado su relación con Liberty.
Cuando Duncan dijo que le gustaba mucho Sonny, pero nadie lo creyó. Pensaron que quería establecer una buena relación con Sonny de antemano para convertirse en el padrastro de Sonny sin problemas.
—¿Se trata de la empresa?
Preguntó Margaret nuevamente.
Duncan mintió:
—Sí, mamá, iré primero.
—Está