>>> Emily Robinson:
Salí del baño, vistiendo una pijama de seda roja que se ajustaba perfectamente a mi cuerpo. Los shorts y la blusa de tirantes resaltaban mis curvas mientras me sentaba en la cama, comenzando a secar mi cabello pelirrojo.
La noche ya había caído, y la oscuridad se filtraba a través de las largas ventanas de nuestra habitación.
Miré hacia atrás y vi a ese hombre que dormía profundamente, su respiración era tranquila y serena.
Después de contarle un cuento, Freddy se acurrucó a su lado, y pronto ambos se quedaron dormidos. Solo media hora después, Patrick vino a llevarse al niño.
La hora de la cena había pasado, y una preocupación se instaló en mi pecho al verlo aún dormido.
¿No debería haber cenado?
Está recién operado y necesita fuerzas. Mi corazón latía con inquietud. No podía evitarlo.
Decidí levantarme de la cama, tomé mi secadora de cabello inalámbrica y la encendí, esperando que el sonido suave lo despertara…
Y funcionó.
El leve ruido hizo que