Al pronunciar esas palabras, Ana, Lucas estaba de pie en la entrada de la habitación del hospital, sosteniendo en sus manos un juguete de edición limitada que había comprado a través de un intermediario. Este era un objeto que Javier había mencionado casualmente que quería, pero que ya no estaba disponible. Lucas, al enterarse, había enviado a sus subordinados a buscarlo de inmediato. Con gran esfuerzo, finalmente lo había comprado a un coleccionista a un alto precio.
Había planeado darle este juguete a Javier como regalo, seguramente el chico estaría encantado. Sin embargo, nunca imaginó que se encontraría con la propuesta de matrimonio de Lucío a Ana. En su corazón, Lucas rezaba para que Ana se negara, pero solo la escuchó responder suavemente: —Acepto.
La sonrisa de Lucas desapareció instantáneamente, y sintió como una insoportable frialdad emanaba de su cuerpo, de adentro hacia afuera. Sus pies parecían congelarse en su lugar, incapaces de moverse.
Teresa se sentía muy satisfecha c