Lucío había encontrado la institución de detección de mentiras más profesional. Lantit, cooperativa, se sentó en el aparato especial, permitiendo que le conectaran todos los cables de los circuitos a su cuerpo. Las personas alrededor de Lantit la rodeaban, como si estuvieran observando a un animal raro en un zoológico, una sensación que le resultaba incómoda a Lantit. Sin embargo, al pensar en la figura cansada de su padre, se contuvo.
—A continuación te haré algunas preguntas, por favor responde con honestidad. Este aparato analizará en tiempo real tus latidos del corazón y los datos de tus ondas cerebrales. Si mientes, definitivamente se detectará.
—No tengo nada que ocultar, comencemos ya.
La mujer asintió, revisó la información que Lucas le había dado y empezó a preguntar. Al principio, las preguntas eran simples, pero gradualmente se volvieron más incisivas.
—Lantit, ¿tienes sentimientos de cariño hacia el Sr. Lucío? ¿Es así?
Lantit vaciló. Aunque no quería admitirlo, en realidad