Capítulo 1200
Antes, aunque los dos pequeñines se asustaban de vez en cuando, siempre había adultos presentes para consolarlos y estabilizar sus emociones. Pero ahora, con solo los dos niños presentes, ese sentimiento de pánico se contagió mutuamente, y en un momento, ambos no pudieron evitar romper en llanto.

En cuanto a la muerte, es posible que dos niños de cinco años no tengan una comprensión profunda de ella, pero la simple idea de que quizás no verían a su mamá de nuevo, o que solo podrían verla acostada en una cama de hospital, debilitándose y languideciendo, les parecía aterradora.

Ana, al escuchar el delicado llanto en sus oídos, de repente se dio cuenta de que eran los dos niños quienes lloraban.

¿Por qué lloraban?

¿Estaban infelices en la familia Hernández o alguien los estaba molestando? Ana incluso comenzó a pensar si tal vez ya había fallecido y que era su espíritu quien escuchaba el doloroso llanto de los niños, incapaz de encontrar el descanso eterno.

Pero al pensar en sus dos tes
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