Capítulo 1082
Ana se chocó contra el pecho sólido del hombre, sintiendo como si la mitad de su cuerpo se hubiese entumecido ligeramente. Al levantar la vista, vio que era Lucas quien aparecía ante ella. Sin pensarlo dos veces, alzó la mano para abofetearlo.

Sin embargo, antes de que su mano pudiera caer, Lucas la atrapó con firmeza. Al ver que Ana incluso se atrevía a levantar la mano contra él, el guapo rostro de Lucas se volvió aún más gélido, y sus ojos destilaban un aire helado que intimidaba. Ya había ejercido bastante fuerza al agarrar la muñeca de Ana, pero ahora, impulsado por la ira, casi parecía que iba a aplastar sus huesos.

El rostro de Ana se sonrojó lentamente, pero aguantó sin pedir clemencia y seguía mirándolo con una expresión de repugnancia.

Sergio se sintió inexplicablemente interrumpido en lo que estaba haciendo. Al principio estaba un poco irritado porque alguien había irrumpido en su reservado, sintiendo como si hubiera sido desafiado. Pero cuando vio que era Lucas quien había
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