330. Cómo duele
Kiara
Apenas cerré la cortina, y fue como si me faltara el aire.
Las palabras que salieron de mi boca... La decisión que tomé...
Pensé que lo lograría. Pensé que era lo correcto.
Pero ahora... cada parte de mí dolía.
Me tiré en la cama, con el rostro hundido en las sábanas, dejando que el dolor se extendiera, sin resistencia. El "fin" que declaré creyendo que sería un paso racional... me estaba destrozando.
Era como si me estuviera ahogando en un mar sin fondo.
El llanto escapó de forma tan intensa, que se transformó en un gemido ronco. Me deslicé al suelo, con las rodillas dobladas, la cabeza apoyada en el colchón.
El cuerpo entero me temblaba.
No imaginé... no imaginé que decir aquello y verlo irse... fuera a doler así.
Solo quería hacer lo correcto.
Por él.
Por mí.
Pero parecía que una parte de mí había sido arrancada.
Sentí la presencia antes incluso de oír los pasos.
Mamá.
Pero no levanté el rostro.
No quería que ella me viera así.
Simplemente... no podía.
Ella se agachó despacio