322. Conociendo a mi familia paterna
Jason
Yo sabía que ella escaparía.
En el fondo, mi lobo siempre lo supo. Desde el segundo en que le puse esas esposas ridículas en sus muñecas. Era solo una excusa. Un intento desesperado de protegerla... de mí mismo. De la verdad. Del mundo.
Pero cuando la vi bajando los escalones de esa mansión, como una tormenta envuelta en luz, el shock aun así me golpeó de lleno.
Ella estaba allí. Intacta. Majestuosa.
Y mi respiración falló.
Mi cuerpo se quedó inmóvil, pero mi pecho... mi pecho gritaba. Gritaba por ella. Por todo lo que hice y todo lo que perdí en el segundo en que la dejé sola en ese maldito apartamento.
Mis ojos se clavaron en los de ella.
Olvidé dónde estaba. Olvidé que el Alfa Supremo estaba allí. Que ese hombre furioso era el padre de la loba que yo amaba. Que yo era el enemigo. El intruso.
Ella caminó en mi dirección y, por un segundo, parecía que el mundo entero se había detenido para observar.
Y entonces...
La bofetada.
El dolor fue mínimo. Pero el impacto... fue un terre