Es una tradición que los Snognis suelan vestir con ropa negra, siempre suele ser negro y blanco, dependiendo la función o rango que se tenga el color blanco puede ser reemplazado por otro y siempre si se sirve a una casa noble se lleva la insignia de esta. Solo que en esta ocasión Aila no cumplía con eso, lo único casi negro que tenía era su cabello castaño oscuro; tampoco era una obligación que lo cumpliera porque no estaba de servicio, sino que en su casa.
Como se trataba de una Snognis, capaz de manipular la nieve mágica, su posición y trabajos no eran nada malos. Podía costearse una buena casa de madera y piedra de dos pisos en el centro de la ciudad, y podía darse uno que otro lujo aunque ya no solía hacerlo porque logró encontrar un encantador novio que era su nuevo lujo. Ahora esa parte de su dinero iba para regalos para su novio.
Solo que este joven afortunado no se trataba de quien le entregó su Chispa para que ella pudiera usar magia, ese había sido su amigo y vecino de la i