Alaya Montenegro.
El ruido de la puerta me hizo abrir los ojos.
Claudia entraba con una pequeña bandeja, en ella traía cereal, me senté, ella me sonrió.
— El Señor me permitió venir a traerle esto Señora, dijo que no le vendría mal comer así que le traje algo ligero no sabía si tenía hambre — Le sonreí.
— Muchas gracias por el detalle
Lo coloco en mis piernas
— También quería avisarle que el Señor Jesús llamo, dijo que vendría en una hora para hablar con usted — Asentí.
Claudia se retiró y yo comí mi cereal.
¿A qué vendrá Jesús? No he tenido una cercanía tan grande con el, quizás Said le contó lo sucedido y quiere saber si estoy bien.
Pensé en llamar ahora al número que la policía me había dado pero me arrepentí Rápidamente, me daba miedo que Said tuviese mi teléfono intervenido.
¿Que podría hacerme si se entera de lo que sucedió realmente y que yo no le dije nada?
O si debería decirle?
Quizás si debería, debería sacar esto de mi pecho.
No quiero venganza, solo quiero a