Antonio sonrió, buscando relajar un poco a su amada y distraerla, por lo que tomo con cuidado su cabello para hacerle trenza floja.
- Jeje, si recuerdo bien así la usa tu padre – indico divertido.
- Eso mismo me hacia mi madre – le contesto sonriéndole - pero ella la hacía más elaborada colocándole flores al peinado – hablo recordando esas mañanas en el jardín disfrutando de la brisa - era de las pocas veces que me dejaban salir al jardín con ellos, ya que pasábamos un rato en familia e igual yo le colocaba una corona de flores a mi padre en su cabeza... la misma que le puse al pequeño – informo mirando la tumba.
- Eres muy buena - le dijo su esposa mientras dirigía su mirada al vientre de su amada - te prometo que esa historia no se repetirá y no hare que tu o yo nos arrepintamos de nuestras acciones - declaro Antonio besando los labios de su amada con lentitud y mucho amor - te amo.
Justo en eso ambos notaron que el espíritu del rubio se acercó a ellos.
- Muchas gracias – le dijo mi