Regresando con los alfas, en esos momentos Antonio seguía analizando la información descubierta.
- Eduardo – le llamo donde el espíritu le miro a ver a los ojos - deja soluciono los problemas de mi reino y tras eso buscare la verdad desde mi puesto como rey – declaro - te prometo que buscare la verdad de lo que paso e igual averiguare el paradero de tu hermana.
- Gracias.
- Igual… aunque no prometo mucho, buscare que tu esposa se reencuentre contigo.
Eduardo agradeció sus palabras, para luego desaparecer de la habitación.
Al ya no estar, Fernando desapareció la barrera y las ataduras para liberar al castaño, quien sin dudarlo empezo a revisar los libros del lugar.
- En verdad que me sigues sorprendiendo con tus poderes Fernando.
- Gracias Joel, hago lo que puedo – indico con falsa modestia, pero luego se puso serio para ver al castaño - entonces ¿qué harás Antonio?
- Deseo cumplir mi promesa, sé que ha pasado un largo tiempo, pero deseo ayudarlo e igual quiero entender más sobre su hi