93 - Un abuelo furioso.
Margaret vio salir a Emiliano del restaurante y, sin pensarlo dos veces, corrió hacia él. Se pegó a su cuerpo, buscando consuelo en su calidez. Emiliano la sostuvo firmemente mientras las lágrimas caían por las mejillas de la mujer.
— Tengo un hermano... — susurró Margaret, soltando una risa irónica —. Ahora tengo un hermano. Incluso después de sus muertes siguen dándome sorpresas.
Emiliano la ayudó a subir al coche, notando el peso emocional que cargaba Margaret.
— ¿Dónde quieres ir? — preguntó Emiliano con suavidad —. Te llevaré donde me pidas.
Margaret, aún con las lágrimas derramándose de sus ojos, respondió:
— Quiero ir a la empresa. No quiero pensar por el momento y quiero ver a mi niño.
Emiliano asintió y puso el coche en marcha. Mientras tanto, en la empresa de Emiliano, el caos comenzaba a generarse. El abuelo Vittorio estaba fuera de sí, buscando a su nieto desesperadamente. Había descubierto que una publicación crítica sobre él aún no había sido borrada y varios de sus soci