191. INCONDICIONALES
NATHAN
— Nathan, no grites, ay, pobrecita mía, no te asustes —la veo cómo se inclina hacia la mujer en la silla, que ni se ha enterado de que estoy aquí, o al menos, eso parece.
No puedo creer que todo sea una farsa de Claire y mi madre.
—Apártate —le dije de repente, moviéndola a un lado con brusquedad e inclinándome sobre mi mate
—Si esto es una maldit4 trampa tuya, Claire, para regresar y darme lástima, no te va a funcionar, ¿entendiste? —Clavé los dedos en su barbilla y la forcé a subir la cabeza y a mirarme directo a los ojos.
—¡Lo que sea que estés tramando no va a funcionar conmigo! ¡Más te vale decirme la verdad! ¡No finjas más! —La zarandeé por los hombros, tirando sin piedad de nuestro vínculo marchito.
Mi comando de Alfa la obligaba a reaccionar, ella era un Omega y mi pareja, no había manera de seguirse rebelando.
Esos ojos vacíos, esa expresión de completa desconexión, el hecho de que Blaze ni siquiera encontrara a su loba, parecía ser todo verdad.
—¡Déjala, Nathan, no se