POV
ALEXANDER
Tenerla entre mis brazos me hacía sentir completo, su frágil y delicado cuerpo permanecía abrazado al mío, sus labios rosas entreabiertos y su pecho bajando y subiendo de manera suave me daba a entender que ella estaba bien. La había hecho mía, había recorrido con mis labios su cuerpo y con mis manos acariciado su piel . Me había embriagado de sus gemidos eróticos y seducido con su aroma a sexo y jazmín.
Sus curvas agraciadas han encajado tan perfecto en mis manos, sus labios, su mirada , sus gestos …. Su cuerpo, su amor y corazón son míos, solo míos y de nadie más.
Saber que estaba con ese imbécil me hizo enfurecer, no perdí la cordura, pero ganas me sobraban para ir por ella a donde se encontraba con ese hombre, maldita la hora en que lo conoció y es que no soy tonto para darme cuenta de las intenciones que tiene con ella, y pobre de él que intente si quiera en seducirla porque me encargaré de que lo lamente el resto de su vida.
Sin ganas de marcharme me levanto,