El agua de la regadera caía sobre la piel tersa de Amy, mientras sentía como su cuerpo era abrazado por la calidez del líquido sus labios se curvaron recordando todo lo que había hecho con Alexander durante la noche.
Besos húmedos
Sonidos obscenos
Gruñidos de satisfacción
Gemidos sexosos
Su encuentro no terminó solo ahí, por el contrario, recuerda perfectamente como después de aquel intenso orgasmo que ambos habían experimentado, solo bastó recuperar el aliento para que Alexander con sus besos sexuales, prendiera de nuevo el deseo en su cuerpo, siempre atento preguntándole si se sentía bien. Colocándose detrás de ella levantó sus caderas y la poseyó una vez más, su rostro fue colocado sobre el mullido colchón y sus uñas largas y cuidadas enterradas en las sábanas, mientras sentía las estocadas deliciosas detrás de ella y sus nalgas acariciadas con lascivia. Terminó enterrando por completo su rostro en una almohada para que sus gritos no se escucharan por toda la casa, pu