Siete estrellas que dispersas en el cielo azul están
Me parecen vigilar y si en algo voy a errar
Con su luz a la verdad, sin duda, me guiarán
Este mundo material, ahogándonos
Impide ver la realidad
Hay que descubrir el gran valor de la amistad, rodeándonos
Siempre es mejor y de mucho más valor
Todo aquello que no ves mas sin embargo en ello crees
O en lo espiritual, saldrá triunfante al final
Es justo ya que su valor le des
Sea la amistad, el amor o la lealtad
Cosas todas que se encuentran solo en la eternidad
Estrellas, ilumínenme
Y que pueda distinguir qué dirección debo de seguir
En la casa de los Andollini, Anabella, seguía mirando unas cuantas cosas en la computadora, ya había hablado con su madre con respecto a lo que pensaban ella y Jean Carlo para su seguridad.
Minutos antes en una videollamada.
Vendras a Nueva York, ya no quiero que te encuentres lejos — hablo la joven Anabella mirando a su madre, desde el otro lado de la pantalla — ya te hice la reservación d