C59- ME GUSTASTE DESDE QUE TE VÍ.
C59- ME GUSTASTE DESDE QUE TE VÍ.
El murmullo de la manada se mezclaba con el crepitar del fuego central. En la mesa principal, todos los ojos estaban puestos en ellos: Odette, con las manos heladas sobre el regazo, y Zayden, tan tranquilo, con esa expresión indescifrable que a veces la volvía loca.
Odette sentía el peso del medallón colgando de su cuello, frío al tacto, pesado como las dudas que llevaba dentro. Bajó un poco la cabeza, intentando que nadie notara su incomodidad, y se inclinó hacia él con cautela.
—Te lo devolveré en cuanto termine la ceremonia —murmuró sin mirarlo, creyendo que había sido solo una muestra para impresionar a la manada.
Un gesto simbólico. Un cumplido por el contrato. Nada más.
Zayden giró la cabeza despacio, como si no tuviera prisa en corregirla. Y sus ojos, de un azul profundo y afilado como hielo quebrado, se clavaron en los de ella.
Se inclinó hasta que su aliento le rozó el oído y murmuró con esa voz baja y rasposa que le recorría la piel como una