C38-MÁS QUE UN CONTRATO.
C38-MÁS QUE UN CONTRATO.
La manada Corazón de Plata habitaba tierras donde el invierno nunca se rendía.
Dentro del estudio del castillo, la chimenea rugía con vida propia y Leonard, el Alfa, estaba sentado en su sillón de piel de oso, con una copa de hielo oscuro, un licor espeso que ardía como fuego al tragarlo, apretada entre sus dedos.
Su cabello plateado caía en mechones desordenados sobre su frente, y sus ojos grises, intensos como la tormenta, se entrecerraban mientras releía la nota arrugada que sostenía en la otra mano. Al terminar, dejó la copa sobre la mesa con un golpe seco.
—Malditos lobos rebeldes —gruñó.
Los despreciaba. Para él, no eran más que bestias sin control ni propósito. Lobos sin manada, sin ley. Criaturas que vivían solo para romper el equilibrio que él tanto se esforzaba por mantener. Eran caos… y él, un Alfa, no podía permitirse el lujo del caos.
A su lado, su Beta, un lobo de pelo castaño y mirada firme, tomó la nota y la leyó en silencio. Sus cejas se