C277- AQUÍ Y AHORA.
C277- AQUÍ Y AHORA.
―¿Cómo piensas pagarme?
La pregunta quedó suspendida en el aire y Elizabeth tragó saliva, pero antes de que pudiera articular palabra, Gideon sonrió, con un gesto frío que no llegaba a sus ojos.
—Nada es gratis, cariño —dijo —. Y aunque seas una mugrosa, puedes hacerme pasar un buen rato.
El shock la paralizó.
Sus mejillas ardieron de vergüenza, y esta vez sí retrocedió, el árbol detrás de ella.
—No hace falta que me hable así —susurró, apretando los puños. ―No soy lo que usted cree, señor.
Gideon se rio, y se apartó para mirarla con descaro, recorriéndola de arriba abajo como si ya la hubiera desnudado.
—Tienes buenas tetas —observó, cruelmente divertido—. Y seguro se amoldan a mis manos.
Elizabeth respiró hondo, conteniendo el temblor en su voz.
—Solo estoy siendo educada. Pero si prefiere algo más crudo, pues bien: váyase al diablo, ¡alfa engreído!
Gideon no se inmutó. Al contrario, su sonrisa se ensanchó, como si disfrutara cada palabra que salía de su boca.
—¿